Desde 1995, la Federación de Asociaciones de SOS Racismo del estado español viene analizando la situación del racismo y la xenofobia en España y en Europa mostrando las diferentes tipologías y espacios donde se manifiesta: políticas de extranjería y asilo, ascenso de la ultraderecha, discriminación en el trabajo, acceso a la vivienda, a la educación, abusos de cuerpos policiales o agresiones racistas. Estas y otras cuestiones se analizan en la decimosexta edición del Informe Anual.
2010 se enmarca en un contexto de agravamiento de la crisis económica. Con diez puntos porcentuales por encima de la media española, la tasa de desempleo entre la población inmigrante es uno de los mayores problemas, que genera a su vez el aumento de los índices de exclusión social en este colectivo, irregularidad sobrevenida en la situación administrativa y aumento de las actitudes de rechazo entre la población autóctona hacia la inmigración. No hay que olvidar que la crisis trae consigo un cambio de tendencia en los flujos migratorios, de
manera que 2010 ha consolidado la disminución de entradas en el país, a lo cual habría que añadir un retorno fuera de los cauces legales del retorno asistido, silencioso pero constante.
No obstante, y a pesar de la crisis, un porcentaje alto de inmigrantes presenta cierta estabilidad en su situación administrativa: el 48,75% del total de residentes en España están bajo el régimen comunitario y un 52,81% en régimen general, en función de una autorización permanente. Esto no significa que desaparezca el riesgo de exclusión; pensemos en que una parte de los 840.682 residentes rumanos de origen romaní resulta ser el colectivo con mayores índices de rechazo entre la población. El descenso en la llegada de migrantes ha de propiciar
políticas que favorezcan la integración, la estabilidad y la equiparación en derechos, pues estos colectivos mantienen la complejidad y dinamicidad que les han caracterizado en los últimos años. Prueba de ello es el aumento de reagrupaciones familiares que no tienen un reflejo real en las estadísticas oficiales dado que muchas se llevan a cabo al margen de los durísimos requisitos que marca la Ley de Extranjería.
Un año después de la última reforma de la ley de Extranjería sigue existiendo un importante desajuste entre la fotografía de la inmigración antes descrita y la normativa en materia de extranjería que continúa poniendo el acento en el control de fronteras, en la temporalidad de los permisos, en la preferencia nacional para acceder al trabajo y en la restricción a la reagrupación familiar.
Si disminuyen las garantías jurídicas se allana el terreno para que penetre la ola de odio y populismo que se ha desarrollado antes en otras partes de Europa y ya ha entrado en España. Este Informe Anual pretende ser una llamada de atención contra este discurso xenófobo que ha aumentado en los últimos tiempos y que urge detener.
Este Informe Anual es resultado del compromiso de las organizaciones territoriales de SOS Racismo, de sus socios y socias y del voluntariado. Las fuentes principales para su elaboración han sido los casos gestionados por nuestras oficinas de información y denuncia (OID) y un exhaustivo análisis de la prensa escrita, realizado por el Centro de Estudios y Documentación sobre Racismo y Xenofobia, MUGAK.
El Informe pretende ser una herramienta de consulta hecha desde el rigor y a la vez desde la denuncia del racismo en el estado español. Nuestro agradecimiento a la personas que lo hacen posible.
manera que 2010 ha consolidado la disminución de entradas en el país, a lo cual habría que añadir un retorno fuera de los cauces legales del retorno asistido, silencioso pero constante.
No obstante, y a pesar de la crisis, un porcentaje alto de inmigrantes presenta cierta estabilidad en su situación administrativa: el 48,75% del total de residentes en España están bajo el régimen comunitario y un 52,81% en régimen general, en función de una autorización permanente. Esto no significa que desaparezca el riesgo de exclusión; pensemos en que una parte de los 840.682 residentes rumanos de origen romaní resulta ser el colectivo con mayores índices de rechazo entre la población. El descenso en la llegada de migrantes ha de propiciar
políticas que favorezcan la integración, la estabilidad y la equiparación en derechos, pues estos colectivos mantienen la complejidad y dinamicidad que les han caracterizado en los últimos años. Prueba de ello es el aumento de reagrupaciones familiares que no tienen un reflejo real en las estadísticas oficiales dado que muchas se llevan a cabo al margen de los durísimos requisitos que marca la Ley de Extranjería.
Un año después de la última reforma de la ley de Extranjería sigue existiendo un importante desajuste entre la fotografía de la inmigración antes descrita y la normativa en materia de extranjería que continúa poniendo el acento en el control de fronteras, en la temporalidad de los permisos, en la preferencia nacional para acceder al trabajo y en la restricción a la reagrupación familiar.
Si disminuyen las garantías jurídicas se allana el terreno para que penetre la ola de odio y populismo que se ha desarrollado antes en otras partes de Europa y ya ha entrado en España. Este Informe Anual pretende ser una llamada de atención contra este discurso xenófobo que ha aumentado en los últimos tiempos y que urge detener.
Este Informe Anual es resultado del compromiso de las organizaciones territoriales de SOS Racismo, de sus socios y socias y del voluntariado. Las fuentes principales para su elaboración han sido los casos gestionados por nuestras oficinas de información y denuncia (OID) y un exhaustivo análisis de la prensa escrita, realizado por el Centro de Estudios y Documentación sobre Racismo y Xenofobia, MUGAK.
El Informe pretende ser una herramienta de consulta hecha desde el rigor y a la vez desde la denuncia del racismo en el estado español. Nuestro agradecimiento a la personas que lo hacen posible.